martes, 8 de marzo de 2016

“El 50 por ciento de la información del Estado no la tiene el Estado, la tienen los gringos”



No tiene problemas en confesar su apego al liderazgo del Presidente. “Yo he venido por el proceso de cambio. Evo Morales tiene una fama increíble en Europa, en el ámbito de la izquierda, y aparece desde ahí como una esperanza que ya no hay en Europa”, confiesa a CAPITALES.

Sylvain Lesage, director ejecutivo de la Agencia para el Desarrollo de la Sociedad de la Información en Bolivia (ADSIB), dependiente de la Vicepresidencia del Estado Plurinacional, llegó a Bolivia en 2009 después de haber obtenido una licenciatura en Telecomunicaciones en su natal Francia. Tiene un doctorado de la Universidad de Rennes, donde estudió Procesamiento de Señales.

CAPITALES (C). ¿En qué punto nos encontramos en esa visión del Gobierno nacional de ser tecnológicamente soberanos?
Sylvain Lesage (SL). La ley de 2011 ha sido muy clara con el tema de priorizar el software libre, que es un tipo de software que uno puede copiar libremente, puede modificar, no tiene que pedir a un editor de software, como de Microsoft, “por favor póngame esta funcionalidad”. Yo la puedo analizar, la puedo aumentar, la puedo distribuir. Es exactamente el equivalente de la investigación científica, que así funciona: se transfieren los conocimientos y uno va ayudando al otro, y al otro, y al otro, y así crece y obtenemos resultados de mejor calidad.

El Estado está iniciando a partir de este año su migración hacia el software libre; es decir, en siete años, hasta 2022-2023, ya no comprará ninguna licencia de Microsoft y de otras empresas. En algún caso puede haber una excepción, que está prevista por el decreto de 2013, pero en el 99% de los casos estaremos liberados tecnológicamente, por lo menos en el tema de software. Sin embargo, como bien sabe, ahora cuando maneja Google Docs, maneja Drop Box, maneja Gmail, todos estos servicios en realidad no son software libre, al final son servicios web, entonces tampoco ha cambiado la figura. Antes era muy claro: Microsoft tiene un monopolio que oprime a los gobiernos y del cual nos tenemos que liberar. La figura ha cambiado un poco con la incorporación de internet, ahora el tema es dónde están alojados los datos.

C. ¿Y en este tema cómo estamos?
SL. Hay muchos compañeros en el Estado (Plurinacional, en realidad en el Gobierno), que no manejan cuentas institucionales de correo sino Gmail, porque es más fácil; no manejan sus archivos dentro de los servidores de la institución sino que los ponen en Dropbox, porque es más fácil compartir, etc. Eso significa que el 50% de la información del Estado no la tiene el propio Estado, pero los gringos la tienen.
Entonces, tenemos ahí un problema de soberanía tecnológica que es en lo que estamos trabajando también; tenemos que reforzar esta soberanía con infraestructura de servidores y de red propia, de Estado, de forma que tengamos el control y la confidencialidad sobre nuestros datos.

C. ¿Cómo están trabajando desde su oficina gubernamental para reducir la brecha digital?
SL. Una de nuestras misiones es reducir la brecha digital, ayudar con proyectos que ayuden a hacer que la población se empodere, sepa manejar las tecnologías en bien de la ciudadanía en general.
Hemos hecho un proyecto durante dos meses de cursos a jóvenes de 14 y 15 años, de La Paz y El Alto, donde les hemos enseñado programación de sitios web. Muchos nunca habían ni tocado una computadora y después de dos meses podían hacer una página web. Nada extraordinario, sabemos que los jóvenes aprenden rápidamente, tienen muchas capacidades.
Lo único es que queremos que el colegio les brinde este conocimiento, porque ya se van a desenvolver en un mundo digital, los medios en línea, las redes sociales, en su trabajo tendrán que manejar la herramienta informática y, si no tienen el control, van a estar perdidos, no van a ser ciudadanos informados. Entonces, queremos empoderar a los jóvenes.
Hemos hecho un pequeño esfuerzo con 100 alumnos, pero queremos sobre todo difundir la experiencia para que surjan otros proyectos, (que) surja la demanda hacia el Ministerio de Educación de que se amplíe, se incorpore más la tecnología.

C. ¿Cuál es la visión que tiene el Estado boliviano respecto a este tema?
SL. Para acortar la brecha digital una de las visiones es la cobertura, lo que significa infraestructura, Entel y el Viceministerio con la ATT. Es inversión, mucha plata que hay que invertir. A la vez, acceder a todos los lugares con el satélite.
Y lo otro es acceso internacional de mejor calidad: actualmente solo tenemos un acceso mediante Chile, muy caro. Estamos buscando otras vías, por Perú, Uruguay, quizás por Argentina, mediante el anillo de fibra óptica que está trabajando Unasur, para de esta forma poder incorporarnos dentro de la internet mundial, para bajar los costos.
La otra forma es por la capacitación, la educación. Queremos que los estudiantes no solamente sean consumidores de tecnologías, utilicen servicios gringos, sino que aprendan a programar, a crear contenidos locales en sus idiomas —que pueden ser diferentes al castellano—.
Que internet, que ha sido una revolución, permita a cada uno ser productor de su propio contenido, tener su propia voz; no solamente como la TV, ser consumidor de un contenido producido por otros.

C. ¿Nos habla de la educación enfocada, por ejemplo, al uso de las redes sociales?
SL. Ahí tenemos una relación muy cercana de los ciudadanos con cualquier otra persona, como un gobernante, un investigador, un periodista, lo que sea; mediante las redes sociales, que son una maravilla, podemos acceder, expresarnos como ciudadanos. Pero hay que entender que implica también una educación: lo que se publica una vez está para siempre, hay que tener cuidado.
A veces uno piensa que está en su entorno pero, en realidad, puede tener una repercusión pública encadenada. Con nuevas herramientas vienen también nuevas formas de educación.

C. En este momento hay una polémica por la propuesta de regulación de las redes sociales. ¿Es posible hacerlo y cuál es su recomendación antes de dar este paso?
SL. Nuestra posición siempre ha sido considerar internet y las redes sociales como un medio que es como el teléfono, es decir, hablamos de las estafas, de la trata y tráfico de personas mediante internet, entonces, ¿por qué no tipificamos también (esos delitos) por teléfono?
Puede haber algunos delitos adicionales de tipo penal que puedan surgir a raíz de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación), pero pensamos que casi el 99 por ciento de los casos ya existe la tipificación: discriminación racial, discriminación de género, insultos, calumnias. Todo eso ya existe, que sea mediante un periódico impreso, un periódico en línea, una red social, etc., si hay una prueba fehaciente se puede proceder. Se ha visto que en los juicios vale como prueba hasta una captura de pantalla de Whattsap.
Entonces, mi punto de vista es más considerar a las redes como un medio y no aumentar quizás otras tipificaciones que van, más que todo, a restringir las libertades sin tener un efecto práctico. En algunos casos se tiene que castigar, porque hay violaciones claras de agresiones que se tienen que sancionar, pero pensamos que el aparato legal es suficiente actualmente.
Los temas de tipificación penal o civil, lo que es de ataque deliberado a la infraestructura, a buscar tumbar un sitio web, robar o borrar información, eso, específicamente tiene que ver con las redes informáticas, con las TIC, algo quizás se puede incorporar. Pero, aparte de eso, todos los otros casos deberían llevarse de la misma forma que si ha sido por teléfono, por carta o cualquier otra forma física.

C. ¿Usted maneja información actualizada respecto a la cobertura de internet y cantidad de usuarios en Bolivia?
SL. Por datos del Viceministerio de Telecomunicaciones sobre la cobertura, tenemos muy poco acceso por ADSL, por conexiones fijas, pero desde hace algunos años hay un boom de las conexiones por celular. Del total de usuarios de internet, el 96 por ciento accede a través de los celulares.
Al contrario de otros países, donde todo llegó por internet en la casa, en Bolivia se produjo por el celular. Con la expansión de la cobertura de Entel, en muy poco tiempo, hasta 2020, vamos a llegar a este acceso universal, es decir que cualquier ciudadano va a poder acceder a internet a un menor costo.

“Hay muchos compañeros en el Estado (Plurinacional, en realidad en el Gobierno), que no manejan cuentas institucionales de correo sino Gmail, porque es más fácil; no manejan sus archivos dentro de los servidores de la institución sino que los ponen en Drop Box, porque es más fácil compartir”

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