Entre su nombre y el periodismo de datos hay una simbiosis, están irremediablemente unidos. Sandra Crucianelli es una de las pioneras en la enseñanza y el ejercicio del periodismo de investigación y precisión que aboga por los gobiernos de datos abiertos.
¿Cómo está el periodismo de investigación en América Latina?
Lamentablemente bastante atrasado. Hay algunos medios de comunicación que están haciendo grandes esfuerzos en investigar, por ejemplo, a un Gobierno, pero hay que ver qué pasa cuando ese Gobierno cambia y sube otro, si tienen la misma conducta.
Aquí es cuando entramos en el terreno de la honestidad intelectual. Hay diarios que han sido perros guardianes de la sociedad durante décadas, luego han ido virando de oficialistas a opositores, y viceversa, eso es cuando no se comprende el rol de la prensa y se la considera un negocio.
Producir noticias no es lo mismo que producir tornillos, requiere de una fortaleza ética e intelectual y, sobre todo, de mucho trabajo.
¿Hablas de un periodismo cubrefuentes?
No sé en qué momento de la vida nos hemos convertido en eso, como si necesitáramos de las fuentes orales todo el tiempo para que nos reafirmen cosas. El periodismo es mucho más que entrevistar personas.
Representas un periodismo en el que los datos cuentan historias, ¿es posible en nuestra región?
En general, los datos hablan por sí solos, la mayor fortaleza de un periodista de investigación que trabaja sobre la base de datos es poder distinguir la paja del trigo.
En Latinoamérica hay toda una movida grande que te invita a abrir datos porque es innovador y contribuye al control social y a la transparencia de la información de los gobiernos.
¿Cómo está Latinoamérica frente a la Política de Gobierno Abierto?
Los países más avanzados son: Brasil, Chile, Uruguay, México y Paraguay, que se han sumado a la Alianza de Gobierno Abierto (OGP); los que ni siquiera han ingresado son Ecuador, Venezuela y Bolivia.
Pero si los gobiernos no lo hacen, lo pueden hacer los periodistas, las ONG, los blogueros o las universidades, a través de sus plataformas virtuales con catálogos de datos abiertos.
¿En qué le beneficia a la ciudadanía un Gobierno abierto?
Es un compromiso entre los gobernantes y la ciudadanía. A través de la plataforma del Gobierno abierto se transparenta la gestión pública, la información es de libre acceso para quien quiera consultarla, no solo para periodistas.
La población puede ejercer un control social y saber en qué se están invirtiendo los recursos
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